Las grandes explotaciones mineras o petroleras son ejemplos de extractivismo. Son acciones que realizan los seres humanos para obtener recursos naturales: taladran, perforan, fragmentan, y así sucesivamente, obteniendo productos que luego se utilizarán con otros fines.
El “extractivismo” es un caso particular de la extracción intensa de recursos naturales, y se lo define en la presente guía de una manera particular: (1) son extracciones de grandes volúmenes, y (2) que son esencialmente exportados.
Los ejemplos más conocidos son la minería a cielo abierto o la explotación de hidrocarburos. Pero esta definición también permite afirmar que otras actividades representan formas de extractivismo, destacándose la agricultura intensiva de monocultivos de exportación.
Actualmente se observa una fuerte expansión del extractivismo en América del Sur. La minería, hidrocarburos y monocultivos reciben grandes inversiones y se inician nuevos emprendimientos en casi todos los países. Se apela a prácticas cada vez más intensivas, a veces utilizando productos tóxicos y peligrosos, muchas veces usando explosivos, y se cubren áreas geográficas mayores, afectando por ejemplo las cuencas hidrográficas. Viejos emprendimientos son reactivados y profundizados, y países que no eran extractivistas ahora están comenzando a serlo.
Desperdicia mucho más de lo que obtiene
Es impactante el desperdicio generado por el extractivismo minero. Por ejemplo, para obtener un kilogramo de cobre, se extraen y procesan, en promedio, 349 kg de materia; para obtener oro la relación es todavía más pobre: un kilogramo de oro requiere remover y procesar unos 540 mil kgs de materia. Ese material que no se utiliza es llamado “mochila ecológica”, y su expresión más conocida son los depósitos de escombros y productos no utilizados en las grandes minas. De la misma manera, hay una “mochila ecológica” en el consumo de agua, aire, y energía.
Impactos sociales
Alrededor del extractivismo empeora la desigualdad, ya que pocos consiguen altos salarios, mientras que otras fuentes económicas locales se reducen o desaparecen. En algunos sitios aumenta la violencia y la criminalidad, y prolifera la prostitución; y en otros se destruyen redes locales de cooperación. La salud pública se compromete en algunas zonas, por lo común por el mal manejo de los contaminantes. Las comunidades campesinas e indígenas son las que enfrentan los mayores riesgos con la llegada de estos emprendimientos. Hay casos donde los trabajadores en esos emprendimientos no sólo enfrentan riesgos sanitarios (con enfermedades propias, tales como la silicosis), sino también en seguridad, y condiciones laborales (horarios, salarios, etc.).
Efectos económicos
A nivel local, las redes productivas, como pueden ser la pequeña agricultura y ganadería, usualmente son drásticamente alteradas, o desaparecen bajo el extractivismo. La producción regional puede resentirse, como ocurre cuando los agricultores que pierden acceso al agua. Paralelamente, a nivel nacional, si bien se insiste en los beneficios que genera la exportación extractiva, no se realiza una contabilidad donde se resten los costos económicos de los impactos que genera, y los tributos que pagan las empresas involucradas son muy bajos. Por lo tanto, es muy discutible cuál es el balance económico neto del extractivismo para un país.
Impactos ambientales
Existe una abrumadora evidencia de los efectos ambientales negativos del extractivismo convencional. Entre los problemas más graves se encuentra la destrucción de áreas naturales, con su riqueza en fauna y flora, la contaminación del agua superficial y subterránea, y la generación de contaminantes que se difunden en el suelo, las corrientes de agua y el aire. En algunos procesos productivos se usan sustancias tóxicas peligrosas. Las medidas de mitigación ambiental son limitadas, y en muchos las empresas no las aplican, y ocurren accidentes.
A manera de ejemplo, se pueden citar el deterioro en la salud en La Oroya en Perú, o los enormes derrames de petróleo en la Amazonía de Ecuador. Finalmente, las minas y pozos abandonados se convierten en problemas ambientales crónicos.
Enfrentamos un extractivismo depredador. Es una extracción masiva de recursos naturales, de graves impactos sociales, económicos, ambientales y territoriales a nivel local y nacional. Mientras los productos finales son exportados, en nuestros territorios quedan esos efectos negativos
Las transiciones son el conjunto de acciones enfocadas en salir del extractivismo depredador actual, y comenzar a transitar hacia alternativas al desarrollo convencional que lo permite y alienta. No es una postura estática, ya que postula cambios. Pero tampoco son cambios repentinos, sino que se defiende un proceso. Su finalidad no está en promover modificaciones menores, sino que busca respuestas rápidas para las situaciones más graves, pero que estas permitan promover transformaciones más profundas.
¿Cómo definimos las transiciones?
Las transiciones son un proceso que agrupa distintas ideas, acciones y propuestas para abandonar el estilo de desarrollo actual y avanzar hacia alternativas que están enfocadas en una buena vida de las personas y en proteger la Naturaleza. En el caso del extractivismo, las transiciones por lo tanto buscan abandonar el estilo depredador para pasar rápidamente a la condición de extactivismo sensato, y de allí a la extracción indispensable.
Todo esto implica cambios, por ejemplo, en las políticas y estrategias de los gobiernos, pero también en un plano más profundo, buscando transformar las bases culturales sobre las cuales nuestras sociedades construyen sus ideas de bienestar, desarrollo y progreso.
¿Cómo se organizan las transiciones?
Las transiciones es un concepto plural, lo que significa agrupa un conjunto de propuestas y ensayos. Es también un proceso, en el sentido que son propuestas que se están pensando, organizando y ensayando en este mismo momento. Esta situación es comprensible, ya que no puede imponerse una receta, generada desde un escritorio, y que se aplique a todos los contextos sociales y ecológicos.
De esta manera las transiciones se organizan como medidas articuladas entre sí, que comparten una misma dirección, y donde cada una de ellas genera mejores circunstancias para dar nuevos pasos de cambio
Defendemos una estrategia basada en las transiciones porque:
• Es necesario aplicar medidas de emergencia y urgencia en comunidades o sitios que ya no pueden esperar un día más frente a los severos impactos que sufren.
• Es indispensable seguir avanzando con otras acciones, cada vez más complejas y profundas, en un proceso que debe ser profundamente democrático, y por lo tanto será pausado y tomará tiempo.
• Las medidas de cambio en las transiciones se deben complementar entre sí, potenciándose entre ellas,
y alentando nuevas transformaciones. Apuntan a un cambio radical frente a las ideas actuales de desarrollo.